La vuelta al cole comienza con un examen visual.
La visión es uno de los factores que más influye en el rendimiento escolar de nuestros hijos.
Si observamos que el niño tiene ciertos comportamientos o manías cuando tiene que distinguir algo de lejos o de cerca, es posible que presente un problema de agudeza visual. Algunos de estos hábitos nos pueden indicar que nuestro hijo no ve correctamente:
- Se pega mucho al texto. Cuando el niño tiene dificultades para ver de cerca, suele acercarse demasiado el libro o el papel para poder leer y distinguir la escritura.
- Adopta posiciones extrañas con la cabeza de forma mantenida. Se trata de hábitos posturales que se realizan de manera inconsciente para tratar de enfocar mejor las imágenes.
- Carece de buen criterio a la hora de elegir los colores. Si observamos que al pintar o colorear sus combinaciones cromáticas son poco acertadas, quizás estemos ante un problema de daltonismo.
- Deja de prestar atención. Las dificultades visuales pueden hacer que el niño pierda el interés por la lectura, los juegos o las explicaciones porque se cansa.
- Se pega mucho a la pantalla del ordenador. Puede ser debido a problemas visuales a media o corta distancia.
- Adquiere posturas viciadas al escribir. Estos malos hábitos posturales pueden indicar una falta de agudeza visual y se adoptan de manera habitual e inconsciente para tratar de enfocar y ver mejor.
Estar atentos a estas señales es fundamental para los padres y para los educadores. En la fase de aprendizaje y muy especialmente cuando los niños empiezan con la lectura y la escritura, sus avances pueden verse muy penalizados por problemas de visión. Aprovecha estos días para acudir al oftalmólogo y descartar cualquier problema, o darle el tratamiento necesario si es que lo hay. Así le ayudarás a que tenga un mejor año escolar.