OJO con el verano
¿Qué síntomas nos indican que algo no va bien en nuestros ojos?
Las infecciones oculares suelen comenzar con molestias del tipo visión borrosa, dolor, sensación arenosa, aumento del lagrimeo, picazón, enrojecimiento, excesiva sensibilidad a la luz, legañas matutinas o inflamación, ante cualquier sospecha siempre debemos ponernos en manos de un oftalmólogo para que nos recete lo más adecuado.
¿Cuáles son los principales problemas oftalmológicos que suceden en verano y en concreto en el medio acuático?
Cuando nos sumergimos en el mar aumenta el riesgo de padecer infecciones, dado que el agua puede trasmitir enfermedades oculares bacterianas o víricas, como conjuntivitis y la queratoconjuntivitis. Además, en el caso de las piscinas, el cloro o los productos químicos usados pueden ocasionar irritaciones en el globo ocular.
Infecciones
El verano es una época propicia para la transmisión de enfermedades oculares, ya sean bacterianas o víricas, las más comunes de las cuales son la conjuntivitis y la queratoconjuntivitis. El agua del mar y de las piscinas es irritante para los ojos y puede ser también un vehículo de transmisión de infecciones oculares. El uso de lentes de contacto en piscinas y playa aumenta el riesgo de contraer infecciones muy graves y de incrementar la sequedad ocular.
También son frecuentes los casos de irritaciones conjuntivales debido a una excesiva cloración del agua, por lo que se recomienda el uso de gafas de natación, que incluso pueden estar graduadas. Si aparecen síntomas como picor o escozor, nunca se deben frotar los ojos ya que causará un aumento de la inflamación y de las molestias, lo mejor es acudir al oftalmólogo.
Alergias
Durante el verano los casos de conjuntivitis alérgica aumentan considerablemente. El sol, el polvo y los cambios de temperatura, constituyen los principales factores para contraer conjuntivitis. Además de la alergia, hay otras enfermedades oculares que pueden coexistir con ésta como el ojo seco, donde la película lagrimal permite que los alérgenos y los compuestos tóxicos estén en contacto con la superficie ocular más tiempo y den comienzo a la reacción inflamatoria alérgica.
Algunos consejos para reducir las alergias son utilizar gafas de sol, ya que reducen el contacto de los alérgenos con los ojos; poner en el aparato del aire acondicionado un filtro especial para alérgicos; reducir las actividades al aire libre hasta media mañana, ya que antes hay mayor cantidad de polen; utilizar gafas de natación, porque el cloro empeora las conjuntivitis alérgicas, o limpiarse las manos frecuentemente y evitar el contacto con los ojos.
¿Qué consejos dan para prevenirlos?
Para prevenir estas enfermedades debemos mantener una buena higiene, para ello es preciso que limpiemos con abundante agua nuestros ojos y se recomienda el uso de sueros fisiológicos y lágrimas artificiales para evitar que el ojo se reseque. Por supuesto, el uso de gafas de buceo puede ser un elemento a tener en cuenta para evitar el contacto directo con el agua.
PROTEGERSE DE LOS RAYOS ULTRAVIOLETAS CON GAFAS DE SOL
La excesiva exposición a las radiaciones solares, sobre todo los rayos ultravioletas, puede provocar lesiones oculares típicas de esta época del año como queratitis (daños en la superficie de la cornea), conjuntivitis o cataratas prematuras. Además, estas radiaciones pueden acumularse en las estructuras oculares y aparecer los síntomas algún tiempo después.
Otro factor a tener en cuenta es el deterioro continuo de la capa de ozono, cuya función principal es la protección frente a las radiaciones ultravioletas lesivas para el ojo. Por eso, es importante usar gafas de sol homologadas ya que estas consiguen proteger de las radiaciones ultravioletas, disminuir la probabilidad de deslumbramiento, y amortiguar la luminosidad solar.
¿Los niños deben tener un cuidado especial?
Evidentemente los menores son más susceptibles a sufrir lesiones en los ojos, a veces por nuestro propio desconocimiento. Desde que tienen 5 años ya es recomendable ponerles gafas de sol. Un niño es mucho más sensible a la luz solar ya que el cristalino no regula del todo la penetración de la radiación. Además, los jóvenes y los niños, permanecen durante más tiempo al aire libre sin ningún tipo de protección en sus ojos, lo que a la larga se traduce en la aparición de cataratas a una edad más temprana y otras enfermedades como el pterigion (crecimiento anómalo de la conjuntiva sobre la córnea) o daños en la retina.
¿Qué pasa si nos pica en los ojos una aguaviva?
Si te pica una aguaviva lo primero que debemos hacer es mantener la calma y, una vez hayamos salido del agua, lavarnos los ojos y la piel de los párpados con suero fisiológico o con agua salada, nunca usar agua dulce; posteriormente debemos acudir al oftalmólogo, que te recetará tratamiento tópico en gotas y pomadas para aliviar el efecto de la picadura.
¿Y si sufrimos un derrame?
En ocasiones los submarinistas sufren variaciones de presión que pueden acarrear molestos derrames oculares. Puede suceder una hemorragia conjuntival o periocular. Con la profundidad, al aumentar la presión externa, el aire de la máscara se comprime. Si el aire logra salir fuera, en el ascenso se puede producir un efecto de presión negativa que provoca derrames en la conjuntiva del globo ocular. No son graves, pero resultan molestos ya que estéticamente son llamativos. Lo primero que debes tener en cuenta es contar con un equipo de submarinismo homologado, dado que es garantía de seguridad.
¿Es recomendable quitarse las lentillas antes de bañarse?
Por supuesto, el agua puede generar multitud de infecciones oculares. Una lente de contacto funciona como una esponja y en cuanto abrimos los ojos éstas se empapan de substancias que quedan en el ojo y pueden ser perjudiciales. Además la sequedad que ocasionan las lentillas puede favorecer la aparición de queratitis que suponen una vía de entrada de infecciones por gérmenes, algunos de los cuales son específicos del agua de piscina.