Las gafas de sol son fundamentales para la protección ocular en verano.

Unas buenas gafas de sol reducen el resplandor solar y producen menos dolor de ojos. Además mantienen los ojos más cómodos. Unas buenas gafas de sol pueden ayudar a prevenir dolores de cabeza, migrañas, visión borrosa y otros efectos secundarios que producen los ojos sobrecargados.

Unas buenas gafas de sol también protegen contra los rayos UV. Si bien todavía no existe una conexión científicamente probada entre la exposición a la luz solar y patologías como la degeneración macular o las cataratas, recomendamos precaución. Incluso si no estvuviera relacionado con esas condiciones, la exposición a los rayos UV-A y UV-B pueden dañar los ojos y la piel circundante.

De hecho, los ojos pueden quemarse con el sol, una condición llamada fotoqueratitis. Suele ser temporal, pero puede ser muy dolorosa.

Algunas cosas a tener en cuenta al elegir gafas de sol:

• No se trata solo del tinte de la lente. Busca gafas de sol que sean antideslumbrantes (polarizadas) y que bloqueen toda o la mayoría de la luz UV-A y UV-B.
• Cuanto más grandes, mejor . Las gafas de sol grandes que “envuelven” no permiten que entre la luz desde arriba, abajo y los costados de los marcos ofrecen una protección mucho más completa.

Otros consejos para proteger tus ojos en verano:

Si bien los rayos del sol son más dañinos en un día soleado desde aproximadamente las 10 a. m. hasta las 2 p. m., la exposición a los rayos UV persiste durante todo el día.

Es importante tener en cuenta que un día nublado puede transmitir también gran cantidad de radiación UV.

Por estas razones, recomendamos que uses gafas de sol cada vez que salgas de casa durante un período prolongado, incluso si el día está nublado.

También proponemos otras recomendaciones para proteger tus ojos en verano:

Usa sombrero

Un sombrero para el sol con ala ancha de 3 pulgadas es lo mejor, ya que proporciona buena cantidad de protección adicional.

Busca la sombra

Además de un sombrero, mantenerse alejado de la exposición directa al sol brinda un poco más de protección.

Usa gafas cuando nades

Ya sea en la playa o en una piscina, los ojos sin protección pueden verse dañados por la exposición al agua.

Si nadas en piscinas, el gran culpable será el cloro que puede ser muy irritante para los ojos, lo que puede provocas picazón e incluso ojos en sangre.

Si nadas en el agua del mar sin gafas, el riesgo proviene de las infecciones que se transmiten por el agua y la arena.

En cualquier caso, unas gafas de agua impermeables son la mejor opción para la protección de los ojos.

Quítate las lentillas antes de meterte en el agua

El problema principal de no hacerlo es que muchas bacterias y otros microorganismos pueden adherirse a la superficie de las lentes o quedar atrapados entre las lentes y los ojos. Esto aumenta el riesgo de desarrollar una infección. Si tu visión es tan mala que no puedes nadar con seguridad sin lentes, nuestra recomendación es que consigas unas gafas graduadas herméticas.

* En un apuro, la siguiente opción más segura serían las lentes de contacto desechables diarias combinados con gafas de natación herméticas. Las lentillas deben desecharse inmediatamente después de nadar.